Por Javier Escorzo. Publicada originalmente en Mundopop.
Han ido ascendiendo peldaño a peldaño, y su octavo trabajo les sitúa definitivamente en las alturas del panorama nacional, a un nivel que muy pocos grupos han conseguido alcanzar. “Fue eléctrico” es un disco concebido para ser tocado en directo. Música enérgica y letras oscuras que no eluden la penosa situación económica que vivimos. De todo ello hablamos con Pau Roca, guitarrista de La habitación roja.
P.- Acabáis de editar “Fue eléctrico”, que es un disco con un sonido más duro que el de vuestro anterior trabajo, “Universal”. ¿A qué se ha debido este cambio de registro?
R.- Lo pasamos muy bien grabando “Universal”, pero nos costó mucho hacerlo en directo y nos apetecía mucho tener un disco así, ideal para tocarlo en directo. Así fue como lo planteamos y así es como nos ha salido, una cosa muy orientada al directo.
P.- Pero Universal es un disco que funcionó muy bien, tanto a nivel de crítica como de público.
R.- Sí, cuando un grupo lleva muchos discos es muy difícil ya solo mantenerse. Ir hacia arriba es aun más difícil, y por eso estamos muy contentos. La gente muchas veces se cansa, pero en nuestro caso siempre nos ha ido cada vez un poquito mejor, y con este disco también parece que hemos mejorado otra vez un poco, y eso está muy bien.
P.- “Fue eléctrico” retoma la línea que seguisteis en “Nuevos tiempos” y “Cuando ya no quede nada”, los dos trabajos que os produjo Steve Albini.
R.- Sí, sigue un poco esa línea a nivel de tempos, es un disco guitarrero, con una base rítmica fuerte. El hecho de haberlo grabado con Santi García, que ha grabado a muchos grupos de guitarras, también ha ayudado a darle ese toque un poco “Albini” al disco.
P.- Mencionas al productor, Santi García, que también ha trabajado con otras bandas como Maga, Delorean o Nueva Vulcano. ¿Cómo llegáis a él? ¿Os conocíais de antes de la grabación?
R.- Sí, hemos oído hablar de él durante años. Siempre buscamos distintas opciones y habíamos pensado en él, pero nunca se había concretado. Esta vez Jordi fue a ver el estudio, luego ya fuimos todos y vimos que era el sitio adecuado, y nos hemos quedado muy contentos, la verdad, tanto a nivel técnico como a nivel personal, que es muy importante también cuando grabas un disco.
P.- En “La segunda oportunidad” cantáis “la música nos salvará, nos hará únicos”. Es una idea que se repite mucho en vuestras letras, como por ejemplo en “Nunca lo sabrán”, de “Dirán que todo fue un sueño” (2006), que cantabais “…suenan las canciones que sé que salvaron mi vida”. Es una postura muy pasional hacia la música, en cierto modo algo ingenua, y digo ingenua en el buen sentido de la palabra, como algo todavía sin pervertir. ¿Qué significa para vosotros la música? ¿Qué poder creéis que tiene?
R.- Sí, yo creo que es muy importante no caer en la repetición, no aprender trucos ni recurrir a ciertas cosas que sabes que funcionan. Es muy peligroso acomodarse y que al final la música y las canciones no sean lo más importante. En ese sentido no hemos cambiado mucho desde el primer disco. Seguimos haciendo canciones, las que más nos gustan las grabamos y ya está. El proceso de hacer la canción sigue siendo muy primitivo. A lo mejor hemos mejorado como músicos, o eso espero… aunque tampoco demasiado. Nos siguen gustando más los arreglos sencillos que soluciones más complicadas. Si funciona, cuanto más sencillo mejor.
P.- Esa pasión por la música de la que habláis en vuestras canciones se ve refrendada por vuestra manera de vivirla. Siempre habéis sido muy prolíficos, con muchos discos de estudio, singles con inéditas, discos de versiones… Incluso habéis montado muchos grupos al margen de La habitación roja: Electra, Fantasma # 3, Maronda, Litoral….
R.- Sí, normalmente La habitación roja suele sacar disco cada dos años. A mí me gusta mucho hacer canciones y no hay espacio para todas. También me gusta otro tipo de texturas, a veces más acústicas, a veces más guitarreras… Tengo tiempo y creo que es muy bueno para todos. Incluso para el grupo, porque hace que cuando llega el momento de La habitación roja, yo tenga ganas de La habitación roja. Y así no intento meter en el grupo todo lo que a mí me gusta, que es demasiado variado.
P.- En cuanto a los singles, hasta “Cuando ya no quede nada” los editabais físicamente, sin embargo ya con “Universal” salió el single de “Febrero” solo en formato digital. ¿Cosa de la piratería?
R.- Últimamente hemos conseguido editar en vinilo, que es algo que teníamos pendiente, pero sí que es verdad que la gente en España no tiene muy presente el mercado del Mini LP. Es un formato que a mí me encanta, pero no siempre sale rentable y la compañía, según va viendo, lo saca en físico o no. Ahora parece que el vinilo es rentable, aunque tampoco demasiado, pero sí parece un formato en el cual no perdemos.
P.- Sí, recuerdo que en la época de “Cuando ya no quede nada” (2007), a los primeros compradores del CD les regalaban el vinilo, era una rareza, un obsequio, y ahora todo el mundo ha vuelto a editar en vinilo.
R.- Sí, ahora que la música es tan fácil de conseguir y escuchar en Internet, el formato cobra importancia. Por lo menos que te lleves a casa algo bonito, y el vinilo no deja de ser un objeto estéticamente valioso en sí mismo. Yo directamente me salto el CD como usuario, no compro CD’s.
P.- En “Indestructible” establecéis paralelismos entre una relación personal que termina y la crisis económica y social en la que estamos inmersos. ¿Creéis que el rock tiene que estar comprometido?
R.- No es una obligación, pero nosotros tenemos vidas normales, no vivimos en Miami. Estamos rodeados de todo lo que pasa y al final todo se refleja en las canciones. En realidad la política es todo, la forma de ver las cosas.
P.- No es la primera vez que abordáis temas sociales. Lo hicisteis antes con “Tened piedad del expresidente”, por ejemplo, que levantó mucha polémica entre vuestros seguidores.
R.- Tiene que haber de todo, gente que le haga más o menos gracia la idea política que tenga un grupo que le gusta. A mí me gustan artistas que son de muchas ideologías distintas, supongo que la gente suele ser de izquierdas, pero hay muchas excepciones. Es un debate difícil.
P.- Sí, quizás en España no estamos acostumbrados a que los artistas se posicionen. Vosotros tuvisteis esa polémica, recientemente Lourdes de Russian Red respondió en una entrevista que se sentía mas cerca de la derecha que de la izquierda y le llovieron críticas. En otros países parece más normal que los artistas se posicionen, pero aquí quizás todavía no estamos acostumbrados.
R.- Sí, hay cosas a las que no estamos acostumbrados y hay que normalizarlo todo. No entiendo por qué pasa eso con la política, es una faceta más de la vida y cada uno puede optar libremente por lo que quiera.
P.- Ahora una de etiquetas: La habitación roja pertenece a una escena, la independiente, en la que ciertos sectores suelen ser muy puristas y no aceptan bien que un grupo empiece a vender discos y a ser mínimamente conocido, vosotros mismos lo habéis sufrido. ¿Qué significa para vosotros el término “música independiente”?
R.- Bueno, este es otro tema difícil también, porque no es una cosa cerrada. Supongo que todo aquel que haga lo que quiera sería independiente, aunque luego hay mil matices. Todo el que haga lo que quiera y no base su música en vender discos, más o menos es independiente, pero es complicado de concretar.
P.- En ese sentido vosotros no os habéis plegado al cliché. Por ejemplo en los dos volúmenes de “Para ti” habéis hecho versiones de grupos que en principio no son próximos al gusto oficial o mayoritario de la escena independiente, como La dama se esconde o Gabinete Caligari, que me parecen grupazos, pero sorprende, quizás porque los grupos de vuestra generación renegaron absolutamente de los grupos españoles de los 80, aunque evidentemente había grupos muy válidos, como los dos que hemos citado o tantos otros.
R.- Sí, de hecho Gabinete empezó siendo un grupo independiente y luego lo fichó una multinacional, pero bueno, en realidad tanto Gabinete, como La dama se esconde o Radio Futura… Lo que sí es cierto es que hubo una ruptura de repente, todo el mundo empezó a cantar en inglés y se dio de lado a ese tipo de pop español, pero tenía cosas muy buenas. Sobre todo Jose y Jorge nunca han dejado de escucharlo, y por eso cada vez que hacemos versiones siempre les vienen a la mente esas canciones, que realmente son muy buenas.
P.- Claro. Es que efectivamente, como comentas Gabinete empezó en una independiente, pero es que en realidad casi todos los grupos grandes de los 80 empezaron en independientes: Gabinete con Parálisis Permanente empezaron autoeditando un single conjunto que luego reeditó Tres Cipreses, Loquillo también editó en Tres Cipreses, Duncan Dhu y La dama se esconde en Grabaciones Accidentales, que era la compañía de Esclarecidos y también editaba a Derribos Arias o Los Coyotes, DRO también empezaba… Pero les pasó algo que en vuestra generación no llegó a suceder, y fue que en un momento dado las multinacionales quisieron ficharles, los grandes medios, radiofórmulas y demás, empezaron a prestarles mucha atención, dieron el salto y llegaron al público masivo. En los 90 parecía que iba a pasar, pero no llegó a suceder.
R.- Sí, empezó cuando RCA sacó a El niño Gusano, Los Planetas, Australian Blonde… Pero luego creo que se equivocaron las multinacionales, porque dieron la espalda a la música que se hacía de verdad, y gran parte de la crisis de la industria viene de ahí. De hecho ahora hay muchos grupos que están vendiendo bastante bien y que ellos no los han sacado, cuando normalmente ellos sacaban todo lo que vendía mucho. Yo creo que en eso han metido la pata, y me alegro de que lo estén pagando.
P.- Volviendo a vuestras canciones, creo que La habitación roja tiene dos vertientes: por un lado están esos temas redondos que todo el mundo conoce y corea en los conciertos, los hits. Pero por otro lado también domináis otro tipo de canción, más de medio tiempo, quizás más introspectiva, más melancólica, tipo “Posidonia” o “Younger”, por citar dos de los últimos discos. ¿Dónde os sentís más cómodos?
R.- Cuando escuchas el disco, con “Younger” o “Días de vino y rosas”, o “Norge” en este último disco. Y luego en directo las que más inspiran son los singles. Pero yo para oír en casa elegiría siempre las primeras.
P.- Christina Rosenvinge dijo que cuando terminó “Canción del Eco” sintió que no podría superarla. ¿Os ha pasado alguna vez? Terminar una canción y pensar: “Ya está, hasta aquí llegué. Esto es lo mejor que puedo hacer”.
R.- No, la verdad es que no. Creo que no, porque siempre hay cosas nuevas que vienen. A lo mejor a lo que se refiere es que hay un tipo de canción que ya la has hecho perfecta, y no crees que puedas hacer mejor ese tipo de canción. Una canción larga y lenta, que sea buena, te deja una sensación muy guay.
P.- Decías al principio que este disco estaba pensado para el directo, y es con lo que vais a empezar ahora. Habéis anunciado ya las primeras fechas.
R.- Sí. A ver qué tal va, porque está afectando mucho la situación del país a la venta de entradas, los precios… Veremos. Estamos expectantes, porque la salida del disco ha ido muy bien, las redes sociales muy bien, pero luego a ver qué tal la realidad, porque como hoy en día no se venden discos, a nosotros lo único que nos puede dar la dimensión de si las cosas están yendo bien o mal es la venta de entradas. Estamos en ello, nosotros no cambiamos mucho nuestra forma de actuar.