Entrevista / Joaquín Pascual (“La Frontera”)

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El nombre de Joaquín Pascual siempre estará unido al de bandas míticas del rock nacional como Surfin’ Bichos, Mercromina, Travolta o Tórtel. Ahora presenta su segundo disco en solitario, “La Frontera” (Grabaciones en el mar), un trabajo lleno de matices que aborda la intimidad del ser humano.

 

Por Javier Escorzo (Publicada originalmente en Mundopop)

 

P.- Después de haber formado parte de varios grupos ahora editas “La frontera”, tu segundo disco como Joaquín Pascual, aunque en un principio barajaste la idea de presentarte como “Una vida mejor”. ¿Qué te animó a firmar con tu propio nombre? ¿Es este un proyecto más personal?

R.- Bueno, la verdad es que cuando empecé las canciones de “El ritmo de los acontecimientos” no tenía grupo. Travolta llevábamos bastantes meses, no separados, pero por circunstancias de la vida cada uno se fue a vivir a una ciudad diferente y el grupo ya prácticamente no existía. Aparte de eso yo también tenía en mente desde hacía algún tiempo hacer un disco en solitario para no tener que someterme a la disciplina de un grupo todo el tiempo, y poder buscar otro tipo de cosas diferentes al hecho de estar en un grupo, que a veces te encorseta un poco y hace que quizás todas las canciones estén enfocadas a lo que supuestamente el grupo representa.

 

P.- Para el primer disco (“El rimo de los acontecimientos”) tenías un planteamiento totalmente artesanal: grabarlo tú solo en casa y mandarlo por correo a tus seguidores, que es lo que inicialmente hiciste, aunque al final acabaste regrabando el disco con Paco Loco y salió una edición posterior con El genio equivocado. ¿Estabas un poco saturado de los mecanismos habituales del mundo de la música?

R.- Sí, exactamente, estaba un poco… no sé si saturado. Estaba un poco enfadado porque llevaba muchos años haciendo discos y tampoco veía que me aportara mucho todo el tema del negocio musical o lo que estaba alrededor de la música, porque la música sí me seguía interesando. Veía que estaba siempre en el mismo sitio, no avanzaba ni hacia delante ni hacia atrás y tampoco me ofrecía nada especialmente atractivo, así que dejé el sello (Mushroww Pillow). Estaba un poco encabronado, con ganas de reivindicarme a mí mismo y de demostrarme a mí y a los demás que podía hacer las cosas solo y que no necesitaba mucho más. Ese momento fue así, y eso no quiere decir que ahora esté así también o que esa situación tan violenta o tan rebelde dentro de mí siga estando ahí. Hay una parte que sí que está, pero otra se ha relajado y se ha quedado más tranquila, aunque sin perder gran parte de los principios de aquel momento y que aun sigo manteniendo vivos.

 

P.- Sí, de hecho este disco sale directamente con Grabaciones en el mar, una discográfica muy potente dentro del panorama independiente. ¿Se te ha pasado el enfado y vuelves a la manera de hacer tradicional?

R.- Bueno, en realidad es prácticamente lo mismo que he estado haciendo. Cuando saqué la primera edición, que fue absolutamente autoeditada y que vendí desde casa, porque luego con El genio equivocado hice una coedición, pero cuando saqué la primera estaba en una situación que ni tenía ni agencia de contratación, ni de management, ni compañía de discos ni nada, estaba absolutamente solo y me gustaba esa posición. Luego apareció El genio equivocado y me sacó el disco con su sello y ellos se encargaron de llevarme la promoción, la distribución de los discos… se encargaron de la tarea un poco más fea de todo esto, porque realmente a mí eso no me interesa en absoluto; a mí lo que me interesa es hacer canciones, grabarlas y tocarlas. La relación con El genio equivocado ha terminado por unas razones que no vienen al caso, y ahora con Grabaciones en el mar lo que se ha planteado también es una especie de trabajo conjunto, una coedición. De hecho el disco sale en mi sello, “El ritmo de los acontecimientos”, igual que salió el primero, coeditado con Grabaciones en el mar, y Pedro (de Grabaciones en el mar) va a echarme una mano con toda la labor de promoción, contratación… va a facilitarme las cosas. En cualquier caso, eso lo habría necesitado aunque hubiese hecho el disco yo solo, porque a mí me gusta lo que me gusta, y es dedicarme a mi música. Sigo sintiendo que soy una persona absolutamente independiente: yo hago mis discos, yo los pago, y en este caso Pedro (Grabaciones en el mar) me va a ayudar, me va a apoyar y vamos a coeditar, pero el espíritu que quería mantener cuando empecé en solitario lo sigo sintiendo exactamente igual.

 

P.- El disco anterior (“El ritmo de los acontecimientos”) te quedó muy austero, sin embargo este tiene más colores: hay cuerdas, flautas y muchos pasajes instrumentales. ¿Cómo te planteas los arreglos de cada disco? ¿Te influye el hecho de no querer repetir lo anterior o te limitas a dar lo que crees que pide cada canción?

R.- Cuando terminé de grabar “El ritmo de los acontecimientos” pensé que el siguiente disco quería que tuviese más arreglos, porque ese disco lo grabé muy rápido y me apetecía. Muy poco después decidí que el siguiente disco tendría más arreglos y sería más orquestado. Pero fundamentalmente las que han decidido han sido las propias canciones, su forma de ser y el tema del disco, que habla mucho del interior y de lo que se siente por dentro, y eso pedía todo ese ambiente instrumental y la orquestación, algo más psicodélico, más como de banda sonora, más cinematográfico. Todo eso refleja bastante bien el mundo interior, el pensamiento interior. Decir algo más cotidiano, como me pasaba en “El ritmo de los acontecimientos”, quizás no necesita tanta música, porque la certeza está clara con una palabra o una frase. En este disco he notado que las palabras aportan mucho, pero que necesito también que la música aporte mucho para poder expresar todo lo que sientes, lo que tienes dentro, lo que sueñas. Es una sensación diferente.

 

P.- El disco se titula “La frontera”, y es un término que se nombra en varias canciones. ¿Por qué has elegido ese título?

R.- Yo pensaba que la gente lo iba a entender cuando escuchara las canciones, pero no estoy seguro de haberlo conseguido. (Risas). Como dice la primera canción (“Un ritmo caliente”), “…tú y yo queremos pasear más allá de la frontera, queremos enseñaros las tripas enteras”. Es cómo compartir lo tuyo con otra persona, cómo cruzar esa frontera de la intimidad. Esa es una de las imágenes más importantes del disco para mí. Y la segunda canción (“Tres vidas”) habla de “tres vidas y tres fronteras”, porque el disco también habla de las vidas que vivimos. En mi vida personal ha habido diferentes etapas, supongo que como en la vida de todo el mundo, y cada una de ellas ha aportado algo a mi vida. El disco se llama “La frontera” porque por un lado trata de acercar mi vida interior a los demás, y por otro lado también habla de las etapas de la vida, de los momentos que vives.

 

P.- Siguiendo con las letras, creo que hay dos temas principales: por un lado la soledad, como en “La perspectiva”, y por otro las distintas maneras de relacionarse que uno puede tener con los demás, como en “Hotel romántico”. ¿Estoy en lo cierto?

R.- Sí, el tema es siempre el mismo. “Hotel romántico” habla de que el mundo es un hotel en el que vivimos, y cada uno tiene su parcela, que es su habitación, su mundo interior, y de vez en cuando nos encontramos fuera de él y nos contamos lo que sentimos. La temática en este disco es más compleja que en “El ritmo de los acontecimientos”. Hablar del interior, que es el tema que me propuse al principio y me pareció muy atractivo, es muy complicado a la hora de expresarlo. Lo que pasa es que me gustaba mucho y seguí adelante intentando darle forma, pero estuve a punto de rendirme porque me costaba mucho dar forma a las canciones como yo las entendía. Pero en realidad todas las canciones hablan de lo mismo, de uno mismo y lo que tú dices, la forma de aparecer frente a los demás.

 

P.- El disco se edita en vinilo y dura 35 minutos. ¿Es casual o lo has compuesto para que entre en el vinilo? Últimamente hay músicos que lo hacen.

R.- No, es absolutamente casual. De hecho tenía más canciones y al final se ha quedado alguna fuera. Antes de que Pedro (Grabaciones en el mar) y yo habláramos y decidiéramos hacer este disco juntos, yo pensaba hacer una edición en mi casa, igual que hice con “El ritmo de los acontecimientos”, y no tenía presupuesto para enfrentarme a una edición en vinilo, que es bastante caro, y más este tipo de vinilo que hemos hecho, con todos los dorados… está muy currado y son ediciones que valen dinero. Si Pedro no hubiera aportado esa coedición yo no lo hubiera podido hacer en vinilo, por lo menos en principio.

 

P.- En este disco has vuelto a contar con la producción de Paco Loco. ¿Qué tiene Paco para que tantísimos grupos, y de estilos tan diferentes, quieran grabar con él?

R.- Yo te puedo hablar por mí, pero supongo que muchos te dirían lo mismo. Técnica y profesionalmente es muy bueno, controla mucho, lleva muchos años, tiene muy buen estudio, aporta cosas a las canciones y te ayuda a la hora de tomar decisiones para enfocar de una manera u otra una canción. Tú puedes ir allí con tus canciones y tus arreglos, pero en realidad vas un poco perdido y cuando entras a grabar casi todo se vuelve de otra manera. Yo confío totalmente en él a nivel profesional, y a nivel humano lo quiero mucho, es una persona muy agradable que te hace sentir bien cuando estás grabando, hace que te sientas cómodo, te apoya… Luego está Muni (mujer de Paco Loco) que te anima y hace que te sientas como en casa, y creo que todo ello hace que todos queramos grabar allí con él.

 

P.- El año pasado hiciste varios conciertos tú solo presentando las canciones que iban a formar parte del disco. ¿Cómo te planteas la gira? ¿Irás solo o te acompañarán más músicos?

R.- La gira empieza esta semana en Andalucía (Huelva y Algeciras) y ya para esos conciertos vamos cuatro: Ana Galletero, que ya hizo conmigo todas las presentaciones de “El ritmo de los acontecimientos”, mi hija Ángela, que toca la guitarra, y Rafa Estrela, que es el batería te Tórtel. Ha cambiado bastante el formato. Hemos estado ensayando ya y preparando las canciones. Las de “La frontera” suenan muy bien, porque ellos también grabaron el disco, y las de “El ritmo de los acontecimientos” me han sorprendido mucho porque al tocarlas ahora en formato de grupo las he redescubierto y parecen totalmente nuevas, como si fueran otro disco, porque cuando íbamos Ana y yo no podíamos tocar ni batería, ni percusiones, ni doblar guitarras ni hacer nada fuera de lo que es un dúo, pero ahora es casi como presentar dos discos nuevos. El directo ha quedado muy bien, estoy muy animado y con muchas ganas de tocar.

 

P.- Eres profesor de música en un colegio. ¿Qué es lo que enseñas, historia de la música o algún instrumento?

R.- Enseño música en educación primaria, y enseño cultura musical general, algo de instrumentación, los típicos instrumentos, folclore, canciones populares…

 

P.- Supongo que tener ese trabajo te da más libertad artística, poder hacer lo que quieras en cada momento, ¿no?

R.- Sí, supongo que sí. Tampoco he tenido nunca otra opción, porque siempre he tenido que trabajar. Llevo muchos años siendo profesor, con Surfin’ ya lo era. Siempre ha sido mi trabajo y nunca me he planteado dejarlo. A veces estoy hasta las narices y pienso en dejarlo, pero nunca es el momento, en primer lugar porque tampoco sé si podría vivir de la música, y en segundo lugar porque tampoco creo que me gustara estar tan pendiente de la economía de la música. A veces me resulta complicado compaginar las dos cosas, sobre todo en las épocas de actuaciones, que son las de más follón para mí, porque cuando estoy componiendo y grabando no tengo problemas. Es un poco lo que tú dices, tener otro trabajo te mantiene económicamente en una posición bastante cómoda para no pensar en la música como algo que te dé de comer, así que tampoco está tan mal.

P.- Y un poco relacionado con lo que dices, ¿cómo crees que está la situación para los músicos? ¿Es más fácil o más difícil vivir de la música que antes? ¿O siempre ha sido igual de imposible?

R.- Es una pregunta complicada. A veces me lo preguntan, y yo contesto y luego me arrepiento, porque no lo sé. Creo que no es fácil vivir de la música en este país. Creo que no es nada fácil. Creo que se puede conseguir con mucho esfuerzo. No se trata solo de hacer buenos discos, se trata de tener un poco de suerte, de hacer un esfuerzo en tu vida y en realidad, de que suene un poco la flauta. Hay gente que hace discos buenísimos en este país y no se come un torrao, y luego hace discos que son un truño y se forran. Antes había una barrera muy grande entre lo que todos sabíamos que estaba muy bien y lo que todos sabíamos que era una mierda. Ahora es que ni siquiera existe esa barrera. Hay cosas que no tienen absolutamente ningún valor, pero la gente las consume y se vuelve loca con ellas… no lo sé.

 

P.- Te lo preguntaba por todo el tema de Internet, de las descargas gratuitas y demás, que hay quien dice “ahora no se compran discos, pero hay muchos más conciertos”. Pero luego oyes a otros artistas que te dicen lo contrario.

R.- Yo te puedo decir que con la venta de discos no he ganado dinero nunca, ni ahora ni antes. Antes las compañías de discos te pedían un 50 % de editorial, un 80 % de cada disco… Y ahora con las descargas y con el acceso que tiene la gente a la música creo que es mejor para el músico. Al fin y al cabo la música se distribuye más. Seguimos sin ganar prácticamente nada de ventas pero tocamos más y ganamos más dinero. Yo no creo que la situación ahora sea peor, creo que es mejor. Es peor para los que siempre venden discos y siempre cobran dinero de la SGAE, que son los que siempre han estado chupando ahí, pero para la gente como nosotros que lo que quiere es tocar y ganar dinero de sus conciertos es mucho mejor.

 

P.- Para terminar, con una trayectoria como la tuya es inevitable no preguntártelo. Has estado en varios grupos y todos ellos han tenido siempre muy buenas críticas y el favor del público. ¿Qué sientes al mirar hacia atrás, o cuándo ves a grupos actuales que nombran a Surfin’ o a Mercromina como influencia?

R.- Bueno, tampoco son tantos los que nos nombran… (Risas). Estoy muy orgulloso de todo lo que hemos hecho. Hay discos que me gustan más y discos que me gustan menos, canciones que me gustan más y canciones que me gustan menos. Hay cosas que seguramente no repetiría si volviera atrás, pero estoy muy orgulloso de la inmensísima mayor parte de todo lo que he hecho. Y todos los grupos que se han fijado en eso y que de alguna manera le haya podido influir, pues genial, me parece muy bien que lo reivindiquen y que lo digan, es algo que te hace sentir bien.

 

P.- Es un reconocimiento, ¿no?

R.- Yo creo que sí.

 

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