Publicado originalmente en Efe Eme. Texto y fotos, por Javier Escorzo.
P.- Comencemos mirando brevemente al pasado, a tu etapa en Tahúres Zurdos. ¿Qué sientes cuando recuerdas aquellos años?
R.- Me quedo con el buen rollo que teníamos. Siento mucho orgullo y también algo de nostalgia. Ten en cuenta que en aquellos años estábamos creciendo paralelamente como artistas y como personas, fueron años muy importantes para nosotros.
P- Tahúres fue un grupo que en varias ocasiones estuvo a punto de romper y convertirse en una banda realmente masiva, aunque finalmente no llegó a conseguirlo. Aparte del recuerdo dulce que conservas del grupo, ¿sientes algo de desencanto por no haber terminado de llegar al gran público?
R.- Desencanto no, para nada. Al final la mayor satisfacción es la gente que te sigue, que tuvimos la suerte de tener un público muy fiel a nuestro lado. La crítica también nos trató muy bien. Lo que pasa es que aquella época fue un poco de transición. Salimos a mediados de los 80, éramos un grupo justo antes del boom de las solistas… Se dieron unas circunstancias un poco extrañas.
P.- Sí, recuerdo escucharte que en aquella época, cuando las compañías ya preveían el éxito que se avecinaba de solistas, te ofrecieron abandonar Tahúres para grabar en solitario, pero siempre te negaste.
R.- Sí, es que si miras por tus intereses, lo que más te interesa es estar cómoda con tu grupo. Para las compañías puede ser más interesante una solista, porque les resulta más fácil venderla, además sabían que era un momento propicio para ello. Se ha dicho muchas veces que yo me negué porque era una tía superleal y superhonesta, que también, pero es que realmente estaba mirando por mis intereses, y para mí en aquel momento lo mejor era seguir con el grupo, que era el lugar en el que me sentía a gusto.
P.- En 2008, ya con Tahúres separados, sí que inicias tu carrera en solitario con “Clases de baile”, que me parece un gran disco, hubo problemas con la compañía que lo editó y lo reeditaste tú. ¿Qué pasó?
R.- Sí, tuve que recomprarlo y fabricarlo, lo que pasa es que la distribución fue muy escasa. Se vendió en Elkar [cadena de tiendas presente en Navarra y el País Vasco], que también lo ofrecía on line. La tirada fue de 5.000 discos, y al final donde mejor se ha vendido ha sido en los conciertos, porque a la gente le gusta llevarse el disco a casa después de ver la actuación. Además yo siempre me quedo a atender a los que lo deseen, me gusta mucho hablar con la gente, comentar el concierto, firmarles el disco… Al final la gente responde.
P.- Y ahora vas a grabar un disco en directo que se llamará “Museo púrpura”. ¿Qué significado tiene ese título?
R.- Pues la verdad es que el título salió de una manera muy espontánea, un poco en base a la estética de las canciones. Vamos a hacer todo el Clases de baile menos la versión de Iggy Pop, cuatro temas de Tahúres y una canción nueva. Hemos cuidado mucho la escenografía, el vestuario… todo. Queremos que sea muy especial.
P.- Te has rodeado de una gran banda…
R.- Llevamos unas semanas de ensayos intensivos, y la verdad es que el resultado me ha conmovido. Tengo la suerte de contar con una banda excelente, y lo cierto es que las canciones me han emocionado. Entonces, si me emocionan a mí, que las llevo tocando desde hace tiempo, algunas desde hace muchísmo tiempo, espero que emocionen también a la gente, que no está tan acostumbrada a ellas. Queremos que quede algo diferente, especial, bonito…
P.- Vas sin batería, supongo que buscando un ambiente más íntimo.
R.- Sí, no hay batería. Bueno, metemos cajón flamenco en una canción, ‘Florecita’. Pero la percusión, que es muy importante, no se echa de menos en este formato.
P.- Has dicho que hay una versión. En toda tu carrera has hecho bastantes, desde la de David Bowie en el primer LP de Tahúres, pasando por Iggy Pop, Bruce Springsteen o Janis Joplin. ¿Qué tiene que tener una canción para que decidas versionarla?
R.- Me tiene que conmover. Da igual el autor. La versión que hemos preparado para este disco es el ‘Ordinary world’ de Duran Duran, que he titulado ‘Mundo real’. Da igual el estilo. De repente tengo que encontrar una canción que me remueva por dentro, y tengo que sentir que desearía ser la autora. Entonces decido adaptarla.
P.- Y hablando de canciones que te gustan y te emocionan, ¿qué música estás escuchando?
R.- De todo. Mis gustos son muy eclécticos. Hay una música para cuando estás triste, para cuando estás contento, para cuando estás haciendo el amor… Hay una canción que me encanta, que es ‘Fix you’ [de Coldplay]. Pero escucho de todo: Puedo escuchar desde Beyoncé hasta Led Zeppelin, que es mi banda favorita de toda la vida. Me gusta mucho Bowie, Lou Reed… Trato de tener gustos muy abiertos y muy pocos prejuicios, en la música y en general, en la vida. Al final los prejuicios solo hacen que te pierdas cosas, y hay muchas cosas bonitas.
P.- Viendo la crisis económica tan grave en la que estamos inmersos, y que tan duramente está afectando a la industria musical, ¿qué papel quieres ocupar en el panorama actual? ¿cuáles son tus expectativas?
R.- Pues me dejas en blanco con esa pregunta, porque si te digo la verdad nunca me lo he planteado. Yo quiero tener mi sitio, o mi sitito. Las cosas están jodidas, pero mañana vamos a arriesgarnos, vamos a grabar un concierto y vamos sacar un disco bonito. Es como si alguien dice “como no hay trabajo, me quedo en casa tumbado en el sofá”. Pues no, tienes que moverte. Hay que tener ilusión, buscarse la vida. Hay que seguir luchando y no perder el tiempo haciendo planes. Como dijo Lennon, “la vida es lo que pasa mientras hacemos planes”.
P.- Para terminar, y saliéndonos de lo estrictamente musical: en los últimos años has tenido problemas de salud, ¿cómo estás?
R.- Bueno, tengo una enfermedad renal que me diagnosticaron en 2005. Es algo serio, pero soy muy optimista. Me cuido mucho, me dejo aconsejar por la gente que sabe. Sigo una dieta macrobiótica muy estricta. Por ejemplo hoy he estado cocinando para tener mi propia comida para estos dos días que estoy en Bilbao. Me cuido todo lo que puedo. La vida es corta, bonita, y hay que vivir el hoy. Hay que aprovechar el momento.