Crónica / The Lucilles & King Salami, Pamplona (Zentral, 05/10/2018)

The Lucilles-23

 

Texto y fotos, por Javier Escorzo.

Publicado originalmente en Diario de Noticias.

 

CONCIERTO THE LUCILLES & KING SALAMI

FECHA: 05/10/2018
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Segunda jornada del Beltza Weekend, que este año celebra su segunda edición. Actuaron The Lucilles y King Salami and The Cumberland Three. Poco más de medio aforo.
UN INCENDIO PERFECTO
Me pregunto si somos conscientes de la ingente oferta oferta cultural de la que podemos disfrutar en Pamplona. Salas, festivales, teatros, auditorios y garitos llenan nuestra agenda de citas interesantes. El escaparate es siempre tentador, pero a veces, inabarcable (el tiempo y el dinero son bienes finitos). Sirva de ejemplo este último fin de semana, con Amaia Romero dos noches en el Gayarre, las tres jornadas del Beltza Weekend en Zentral, Eric Martin, Revólver, Lemon y Tal, el Kanka o Pasión Vega (que también estaba previsto, aunque finalmente se suspendió), además de otros conciertos más modestos en bares. Y aunque el público de Pamplona siempre responde, tampoco puede abarcarlo todo, y a veces algunos eventos, que en otras circunstancias hubiesen estado abarrotados, no llegan a llenarse. Fue el caso de la segunda jornada del Beltza Weekend, un festival que se consolida y ya es imprescindible.

El primer grupo en actuar fue The Lucilles, banda con miembros procedentes de diferentes países y base operativa en Madrid. Ya en la introducción instrumental quedó patente su excelencia sonora, con guitarra, bajo, batería y especial brillo en la sección de metales (saxo y trompeta). Después salió a escena Lucille Hurt, vocalista mexicana con pelo afro, aspecto de diva soul y preciosa voz. Además de cantar bien, derrochó carisma cuando bailaba, saltaba y enardecía al público, que no dejó de moverse ni un solo instante. La primera parte de su actuación fue muy animada, con canciones de tempo rápido en las que el órgano y la guitarra se iban cediendo el protagonismo. La elegante balada ‘Give me your love’ sirvió para tomar aliento antes del sublime final, con los músicos desbocados (especialmente el bajista, que se arrodilló y se tiró al suelo). Cumplido su tiempo, tuvieron que salir para ofrecer un rápido bis, después del cual se retiraron definitivamente entre aplausos.

Tras un cuarto de hora para cambiar los instrumentos y probar sonido, comenzó el segundo grupo de la noche, en esta ocasión King Salami and The Cumberland Three. Mucho más cerca del rock’n’roll primigenio y el rockabilly, este cuarteto fue el colofón perfecto. Están liderados por el histriónico King Salami (botas de rock, pantalones de cuadros, enorme cinturón de bucanero y turbante), un demente maravilloso, auténtico pirómano de mirada lunática y ojos tan abiertos que parecía fuesen a salirse de sus órbitas. Sus tres compañeros no le iban a la zaga, especialmente el bajista asiático, que marcaba un ritmo frenético mientras daba brincos, saltos y cabriolas de todo tipo. El cantante se auto erigió como rey de la fiesta, con el español macarrónico del que se valía para lanzar loas al rock y a la cerveza (que, a esas horas, ya eran la misma cosa). Por intentar resumirlo con brevedad: The Lucilles había iniciado el fuego y King Salami avivó las llamas con las incendiarias ‘Shake it wild’ o ‘Pulpo Dance’, entre otras. Un incendio perfecto.

 

King Salami-17

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