Publicado originalmente en Diario de Noticias. Texto y fotos, por Javier Escorzo.
FECHA: 08/04/2017
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Casi lleno, con público que vivió en su momento el apogeo del grupo.
LA CEREMONIA DE LA NOSTALGIA
Admitámoslo. La Unión no es un grupo que se haya caracterizado, al menos en los últimos años, por ampliar repertorio. El balance de su actividad en el nuevo milenio resulta revelador: tan solo dos discos con canciones nuevas, perdidos entre cinco trabajos que recopilan o actualizan sus grandes éxitos. Precisamente para presentar uno de estos últimos, “Hip.gnosis, Best of Vol. 2”, llegaron a Pamplona Rafa Sánchez y Luis Bolín. Faltaba Mario Martínez, aquejado de cáncer de laringe y sustituido por otro guitarrista. Contaron también con un cuarto miembro en programaciones y teclados. Y a pesar de no traer material nuevo debajo del brazo, o quizás precisamente gracias a eso, estuvieron a punto de llenar el Zentral, que registró una buenísima entrada a base de público de cuarenta años hacia arriba. Lo cortés no quita lo valiente y de la misma manera que mencionamos la falta de novedades discográficas, reconocemos que su concierto fue impecable. Más que eso, excelente. No olvidemos que hablamos de una formación histórica dentro del pop español, con más de treinta años sobre los escenarios y un arsenal de éxitos que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Curiosamente comenzaron el concierto con ‘Sigo aquí’, cuya letra se inicia con la siguiente declaración: “Sigo aquí después de tantos siglos, resolviendo el mismo acertijo”. Después, como se esperaba, los archiconocidos hits que les hicieron célebres en los ochenta y los noventa. El primero en caer fue aquel ‘Tren de largo recorrido’ que dio título a su mítico álbum en directo de 1992, del que ahora se cumple el vigésimo quinto aniversario y que marcó el punto más alto de su popularidad. Parte de aquel público masivo que les siguió ha permanecido junto a ellos. Como dijo Mario, a lo largo de más de tres décadas de carrera La Unión ha estado en lo más alto y en lo más bajo, pero nunca han tenido que preguntar a sus seguidores ‘Dónde estabas estabais (en los malos tiempos)’.
El éxito del concierto radicó en el sonido y, muy especialmente, en la actitud de Mario, que estuvo muy comunicativo y locuaz durante toda la velada. Alternó las bromas sobre la edad (“los cincuenta son los nuevos cuarenta”, dijo al presentar ‘Quién te ha visto y quién te ve’), con las chanzas erótico festivas, obviamente con más intención de bromear que de seducir. El sector femenino del público le seguía el juego y participaba de la humorada, rememorando comportamientos más propios de la adolescencia con una sonrisa en la boca. Uno de las temas más celebradss fue ‘Falso amor’, su versión del ‘Tainted love’ popularizado por Soft Cell a comienzos de los ochenta. Llegando al final Rafa prodigó sus contoneos de cadera y se despojó de su americana al interpretar ‘Ella es un volcán’. Era el momento de desmelenarse con ‘Lobo hombre en París’, ‘Vuelve el amor’, ‘Más y más’, ‘Fluye’ o ‘Sildavia’. Un ramillete de canciones que algunos olvidaron hace lustros, pero que para otros no marchitarán jamás.