Crónica / Jabi Izurieta, Berriozar (Auditorio, 17/11/2018)

FECHA: 17/11/2018

LUGAR: Auditorio de Berriozar

INCIDENCIAS: Prácticamente lleno. Nadie quiso perderse el fin de gira de Jabi Izurieta, que actuaba en solitario para despedir su último disco, “Claudia & Costello”. Actuaron como invitados Bea Úriz, Kolibrí Díaz y Kutxi Romero.

NADIE PODRÁ CON JABI IZURIETA

Crear canciones en soledad. Al igual que los hombres, llegan al mundo desnudas, mostrando su frágil esqueleto de guitarra y voz. Después, su autor tiene que buscar las ropas adecuadas para vestirlas. Es, de alguna manera, un proceso similar al del crecimiento de las personas: prueba y error. Se aceleran y se ralentizan los ritmos hasta dar con la velocidad adecuada. Se prueban instrumentos. Se reescriben versos, se añaden y se quitan estrofas. Prueba y error, prueba y error. Hasta que, de repente, todo funciona. Entonces, cuando han hallado su forma definitiva, llega el momento de grabarlas para que se vuelvan inmortales. Una vez terminada esa parte del proceso, los artistas se echan a la carretera para dar a conocer sus nuevas creaciones en todos los escenarios que encuentran a su paso. En ese sentido, podríamos decir que Jabi Izurieta es, además de un compositor más que notable, un sastre extraordinario, capaz de vestir sus canciones con trajes que les sientan como un guante, pero también de desnudarlas para mostrar toda la sensualidad y fragilidad que encierran. Así, después de publicar el magnífico “Claudia & Costello” (El Dromerdario Records, 2017), lo presentó en sociedad en el Auditorio de Berriozar con toda su banda. Y casi dos años después, quiso cerrar el círculo de este disco en el mismo escenario, pero esta vez en solitario.

Jabi se desenvuelve bien en acústico. Obviamente, ayuda la naturaleza de sus canciones, en las que letras y melodías ocupan un lugar preeminente. Nada más entrar en el auditorio, se notaba que la actuación había sido preparada con mimo; había una gran pantalla en la que posteriormente se proyectarían imágenes que lustrarían las canciones y por los altavoces sonaba Johnny Cash, como también sonó en la primera canción de la noche, ‘Llamas de alquitrán’, a la que siguió ‘En el Cabo Mayor’. La crítica social siempre está presente en su música, por ejemplo en ‘Clases’, en la que se burla de ciertos convencionalismos sociales, o en ‘1936’, en la que rememora pasajes de la Guerra Civil.

Estaba defendiendo las canciones con guitarra acústica, piano y, ocasionalmente, también con armónica. Pero, tal y como había anunciado, había algunos invitados. Bea Úriz deleitó a la concurrencia con su voz en ‘Lágrimas de bohemia’. Kolibrí, guitarrista de Marea, que no suele prodigarse en este tipo de colaboraciones, no quiso faltar a la cita y aportó su magia en las seis cuerdas. Y como no, Kutxi Romero, con quien Jabi ofreció una emocionantísima versión de su ‘No soy de nadie’, a piano y voz.

Los momentos más emotivos llegaron de la mano de la familia de Jabi: tuvo unas bellas palabras para su padre y una dedicatoria muy “Calamaro” para su mujer (“para vos, reina”, le dijo). El cenit llegó poco después, cuando en la pantalla emitieron una grabación de hace algunos años, en la que se podía ver al músico, acompañado por sus dos hijas pequeñas, tocando al piano “Nadie podrá con nosotros”, de Quique González. A su término, las niñas, actualmente dos preciosas mujercitas, salieron para repetir la versión junto a su padre, a quien se le notaba la emoción en la voz. No era para menos.

Todavía quedaban balas en la recámara. Se acordó de su banda antes de interpretar ‘Lo haré por ti’, un tema que habla sobre la amistad. Estrenó un tema nuevo, ‘Cerrado por tragedia’, y se despidió con ‘Las calles están llenas de bandidos’, aunque, ante la insistencia del público, regresó y se sacó de la chistera una escalofriante versión de ‘Lucha de gigantes’, de Antonio Vega. Claudia y Costello tuvieron el final que merecían. Jabi no lo olvidará nunca. Los que tuvimos la suerte de estar allí, tampoco.