Conciertos / Duncan Dhu, Barcelona – Madrid (8-9 y 10/11/2013)

Duncan Dhu Madrid-16

 

 

Texto y foto: Javier Escorzo

 

Bueno, pues ya estoy de vuelta en Pamplona. Han sido tres conciertos de Duncan Dhu en setenta y dos horas. Dos en Barcelona y uno en Madrid. Una experiencia inolvidable.

Los conciertos de Barcelona fueron en el Palau de la Música, posiblemente el lugar más hermoso en el que yo haya visto jamás un concierto; una preciosa joya modernista que te deja boquiabierto al entrar. Aforo de 2.200 personas y lleno hasta la bandera los dos días. Quizás el público del viernes estuvo mejor que el del sábado. Fue la primera fecha que se había anunciado y se notaba que era más fan. Pero el ambiente fue muy bueno las dos noches, con mucha entrega encima del escenario y mucha participación debajo. El viernes estuvo Miqui Puig (excantante de Los Sencillos) y el sábado Quique González.

Los dos conciertos de Madrid (solo estuve en el primero) fueron en Circo Price. No conocía la sala, y la verdad es que también tiene su encanto. El domingo estaba todo vendido y quedaban muy pocas entradas para el lunes, así que supongo que también se habrían agotado. Caras conocidas entre el público (Juan y Eva de Amaral, Leiva, César Pop, Txetxu Altube de Los Madison…). Estas dos actuaciones tuvieron la peculiaridad de ser las únicas en los que parte del público estaba de pie (en la pista de abajo, que es donde estaba yo). El resto, también sentado.

Musicalmente los conciertos fueron de menos a más. Cada noche la banda iba sonando mejor, se les notaba más conjuntados y más sueltos. Mikel la verdad es que estuvo igual (de bien) en los tres conciertos, pero es que su caso es atípico. Le da igual tocar delante de doscientos que de dos mil, es un enfermo del escenario y siempre lo da todo. En este caso que tenían cuatro conciertos seguidos yo pensé que igual regularía en los primeros para llegar más entero a los últimos, pero no, a saco desde el primer minuto. Y cómo le aguanta la voz, increíble. A Diego sí que le noté que cada noche disfrutaba más. Siempre en un segundo plano, en la parte de atrás del escenario, ensimismado con su bajo y su armónica. Curiosamente su voz ha ido mejorando, o quizás sea que se va sintiendo más cómodo y por eso cada concierto que pasa va cantando mejor. También se le veía más sonriente y más metido en las canciones.

Otro de los puntos fuertes de esta gira es la banda. Ya lo he dicho alguna vez, pero creo que es cierto: Joseba Irazoki me parece el mejor guitarrista que ha tocado con Mikel (con o sin Duncan Dhu). Y mira que ha habido guitarristas buenos, pero Joseba es un fuera de serie. Toca muy bien, y además toca muchos instrumentos. Recuerdo que en la gira de “Detalle del miedo” hacía él solo las partes de orquesta de canciones como “Horizonte vertical”. Al tocar tantos instrumentos le da mucha versatilidad, cada canción tiene detalles que las distinguen del resto (como bien pudo verse en la gira “En privado” del año pasado). Además de tener su carrera en solitario ha tocado con Atom Rhumba o Nacho Vegas, por ejemplo. Por si fuera poco, además es navarro, con lo que ya lo tiene todo.

Por su posición en el escenario, es difícil que un batería llame la atención. La historia del rock está llena de baterías que tocan extraordinariamente bien pero que nadie se fija en ellos. Hay que tener un carisma especial para ello, y Karlos Arancegui lo tiene (al igual que Rufo o Anye Bao, por citar dos de otras épocas). Cómo le pega, es un espectáculo verle tocar, acompañando cada golpe con todo su cuerpo, con mucha pasión. Podría salir de gira él solo y la gente iría a verle porque es muy espectacular. Además de con Mikel, ha tocado con Quique González, Iván Ferreiro o Rulo & LaContrabanda. Y con Los Escarabajos, que son de Pamplona.

Si Joseba y Karlos son la parte más explosiva de la banda, Mikel Azpíroz y Fernando Macaya son la parte más sobria. Mikel Azpíroz ya estuvo en la banda de Mikel en la época de “Ciudades de paso” y “Éxitos”(coincidió con Karlos en aquellos tiempos). Muy elegante detrás de los teclados, poco dado a florituras pero muy eficaz. En algunas canciones sustituye los teclados por la guitarra. Tiene su propio proyecto, Elkano Browning Cream (junto a un batería francés y un guitarrista inglés), un grupo de jazz con el que recorre el mundo.

Y en la otra esquina del escenario Fernando Macaya, el hombre tranquilo, con su camisa de vaquero y su tupé. Fernando ha sido la última incorporación a la banda. Es cántabro y toca en Los Deltonos (pocas bromas con este grupo). También tiene su grupo de rockabilly, Chicktones. Y es la mano derecha de Quique González, con quien prepara las maquetas de los discos y rueda vídeoclips y documentales. Formaba parte de la banda que acompañóa Diego Vasallo y Luis Auserón en la gira conjunta que hicieron hace unos meses (Fernando había participado en la grabación de “Lejos”, el último y muy recomendable disco de Luis Auserón). En la gira de Duncan Dhu se está ocupando de las guitarras y los pedal steels, y es el complemento perfecto para Joseba.

 

Pero lo verdaderamente esencial de esta gira, por encima de los músicos y por encima de Mikel y de Diego, lo que realmente marca la diferencia son las canciones. El repertorio es demoledor, no hay ningún otro grupo que pueda presumir de semejante colección de hits. Con el paso de los años Mikel y Diego se han convertido en artistas de discos. Incluso de un tiempo a esta parte han huido del single, de la canción redonda y coreable, buscando otras profundidades y texturas para su música. Sin embargo Duncan Dhu era un grupo de canciones. Ellos se definían así en las entrevistas de los ochenta y los noventa. Tiene muy buenos discos, por supuesto, pero lo que destaca son las canciones. Y en esta gira recuperan todas las que la gente quiere escuchar. El repertorio es el mismo en todos los conciertos, aunque cambian el orden de algunas. Empiezan suave con temas de “Crepúsculo” y “El duelo”. Poco a poco se va colando algún clásico (“A tu lado”, “Rozando la eternidad”, “A tientas”). Y de pronto hay un punto de inflexión: “Una calle de París”. A partir de ese momento el concierto adquiere otra dimensión, y uno detrás de otro van cayendo todos los himnos. Como os podéis imaginar, aquello se convierte en un auténtico delirio.

Algunas canciones están muy cambiadas, irreconocibles (“No debes marchar”, “La casa azul”, “Entre salitre y sudor”). Otras mantienen el espíritu inicial, pero todas, absolutamente todas, aportan algo nuevo respecto a su versión original. Por ejemplo “Cien gaviotas”, que puede ser el paradigma de canción sencilla que no se debería alterar, ahora tiene una intro preciosa con Mikel en la acústica y Fernando Macaya en el pedal steel. Durante la canción Joseba toca el banjo, que también le da otro aire. “No puedo evitar (pensar en ti)” era una canción que yo pensaba que no tocarían, y es que hay que reconocer que la letra es muy adolescente. Pero ahora encaja perfectamente gracias al trabajo en las guitarras de Fernando y Joseba. “En algún lugar” empieza diferente, la gente no sabe qué canción es hasta que de pronto, poco a poco, se va dibujando la melodía, muy sutilmente. Es precioso ver cómo el público la va reconociendo cuando ya lleva unos segundos. Entonces se miran entre sí con cierta incredulidad y asienten con la cabeza. “¡En algún lugar!”, gritan algunos. Otros se abrazan. Cuando ya entra la melodía principal todo el mundo está entregado. He escuchado esta canción decenas de veces en directo (a Duncan Dhu y a Mikel en solitario). Os aseguro que se me sigue poniendo la piel de gallina al contemplar el efecto que produce. Ver a dos mil personas puestas en pie y cantando al unísono la letra como si les fuese la vida en ello impresiona mucho. Ese es, para mí, el punto álgido del concierto.

Aunque hay más, como el final desbocado de Joseba en La barra de este hotel (con Mikel abducido por el fantasma de Elvis Presley, buscad en Youtube el vídeo de la segunda noche de Barcelona). Las canciones que canta Diego (en Madrid vi a un chico llorando en “Rosa gris”, y no es una metáfora). La enloquecida versión de “No debes marchar”… El show está lleno de momentos mágicos. Lo comenté con un amigo en Barcelona: es una auténtica salvajada, una brutalidad. No hay otra forma de definirlo.

Para terminar este ladrillo, un par de cosas. La primera para vosotros, los que estéis leyendo esto. No os conforméis con las crónicas, las fotos ni los vídeos de Youtube: id a un concierto de esta gira. Podéis robar, mentir, estafar o asesinar si es necesario. Podéis hacer autoestop o secuestrar un avión. Lo que sea, pero no os lo perdáis bajo ningún concepto. Os aseguro que merece la pena.

La segunda, para Mikel y Diego. Para Duncan Dhu. Muchas gracias por este regalo, nunca lo olvidaremos. Pero no es suficiente, no nos vale con la gira. Tenéis que grabar algún concierto y sacarlo a la venta. Puede ser un disco normal, una edición limitada o una descarga digital, eso da lo mismo. Pero habéis conseguido algo demasiado bonito para que se pierda en el olvido cuando termine la gira. ¡Es una obligación moral!

Como siempre, fue un placer volver a saludar a tantos amigos y conocer personalmente a gente con la que no había coincidido todavía. De nuevo vuelvo a Pamplona sin conocer a Miviejorincón y Edu Maqueda… En Madrid anduve muy justo de horarios y no me dio tiempo a nada. Ya habrá más oportunidades.

Y ahora sí que sí, me despido como acostumbraba. ¡¡¡¡ QUE LES VAYA BIEN BONITO !!!!

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