Texto y fotos, por Javier Escorzo.
Publicado originalmente en Diario de Noticias.
FECHA: 11/01/2019
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Sala llena. Con X The Banjo está formado por Alejo Huerta (guitarra y voz), Luis Pérez – Nievas (bajo), Andoni Zubiría (batería) y Germán San Martín (teclados). Los miembros de Morgan son Carolina De Juan (teclados y voz), Alejandro Ovejero (bajo), David Schulthes “Chuches” (teclados), Paco López (guitarra) y Ekain Elorza (batería).
APUESTAS GANADORAS
El sábado vivimos una noche importante, aunque solo sea como símbolo, para los melómanos de Pamplona. Quizás con demasiada frecuencia tendemos a denostar a los artistas más populares, como si la calidad de los discos tuviese que ser, inevitablemente, inversamente proporcional a la cantidad de personas que los compran (o escuchan en las plataformas digitales, por utilizar términos más actuales). En muchas ocasiones es así, pero, a veces, alguien decide apostarlo todo por la música que le sale de dentro; sabe que le va a tocar navegar contra corriente, que no va a contar con el apoyo de los grandes medios de comunicación, pero no conviene contradecir los designios del corazón. Es el caso de las dos bandas que desfilaron por el escenario del Zentral: nuestros Con X The Banjo y Morgan, dos apuestas viscerales y honestas. Ambas arriesgadas, ambas también necesarias y, como se demostró, ambas ganadoras: la sala estaba llena y las entradas se habían agotado con semanas de antelación.
Comenzaron los chicos de Con X The Banjo, banda navarra a la que ya habíamos reseñado en estas páginas en dos ocasiones anteriores; es un inmenso placer verlos crecer como grupo, contemplar cómo sus canciones suenan cada vez más robustas y vigorosas, cómo van ganando más y más dominio escénico… Al trío inicial se le ha unido Germán San Martín, que añade la magia de sus teclados a unas canciones ya de por sí brillantes. El viernes tuvieron treinta y cinco minutos y los aprovecharon al máximo, desgranando temas de su álbum debut, el irresistible “El placer de sobrevivir”, tales como ‘Estamos vivos’, ‘London Ese’ o ‘Ciegos’. También dieron a probar un pequeño aperitivo de su nuevo proyecto, que en breve verá la luz y, por lo que allí escuchamos, suena de maravilla. Lamentablemente, se quedaron sin tiempo para interpretar la última canción que tenían prevista, ese gran hit que lleva por título ‘Otro año más’. Con todo, supieron conquistar a una sala que ya estaba llena.
Y llegó el momento de Morgan, con sus cinco músicos situados en semicírculo, sin que ninguno tuviese más protagonismo que los demás. Una disposición poco habitual, pero que dice mucho de la actitud de un grupo que apuesta más por la música que por el estrellato. Comenzaron con ‘Planet earth’, de inicio trufada de sonidos hipnóticos hasta que Nina comenzó a cantar, utilizando su voz como instrumento más. Demostraron que han superado el “efecto Quique González”, artista de cuya banda forman parte la cantante, Carolina, y el teclista, David “Chuches”. Es posible que Morgan accediese al gran público de la mano del song writer madrileño, pero ahora ya caminan solos y triunfan por méritos propios. No es extraño, pues resulta complicado encontrar grupos con tanto talento y tanta pasión por la música. Melomanía en estado puro, devoción por un estilo cercano a Norah Jones o Lucina Williams, por poner solo dos ejemplos de artistas de culto a nivel internacional pero que no son masivas en España. Y lo hemos dicho al principio, a veces minusvaloramos al público y nos sorprendemos de algo tan natural como que sus canciones emocionen a un número de personas cada vez mayor. Así sucedió en Zentral, donde el quinteto deleitó a la audiencia con temas como ‘Blue eyes’, ‘Goodbye’ o ‘The Chain’ su versión de Fleetwood Mac. Los teclados se fundían con la guitarra, el bajo, la batería y la voz de Nina para cimbrear por el folk rock, el soul o el gospel. ‘Praying’ resultó especialmente participativa, con el público cantando los coros. Con todo, los momentos más altos se vivieron con los dos temas cantados en castellano, ‘Sargento de hierro’ y ‘Volver’. Apuesta arriesgada, pero ganadora.