“Al descubierto”, El Desván
(El Gringo Discos, 2014)
Por Javier Escorzo.
Lo de El Desván no es normal. Todavía no habían publicado su primer disco y ya contaban con un nutrido y aguerrido grupo de seguidores. El secreto está en sus canciones, claro. Algunas habían visto la luz en forma de EP cuando todavía se hacía llamar El desván de Peter, nombre posteriormente acortado en aras de una mayor rotundidad. Así se presentaron en numerosos escenarios, y allí fue donde sus canciones empezaron a calar. La sincera camaradería que comparten entre ellos se traslada inevitablemente a su público, y ese es el verdadero banderín de enganche de esta banda.
Conscientes de su potencial, en la grabación de su primer disco decidieron apostar fuerte y se fueron a los estudios Sonido XXI, bajo la supervisión de Javi San Martín. La elección no fue casual, pues allí grabaron antes que ellos artistas de reconocido pedigrí rockero como Barricada, Rulo, La Fuga, Marea o Tahures zurdos.
El resultado es “Al descubierto”, un álbum en el que El Desván se ha escorado sin complejos hacia el rock. Así lo confirman la voz desgarrada de Gabri, la desbocada guitarra de Patxi y la arrolladora base rítmica formada por Iñaki y Juanra. O las colaboraciones: El Piñas de Marea, Pedro de La Fuga y Juanan San Martín de Tierra Santa.
La guitarra acústica aporta matices a unas canciones que se levantan sobre melodías enormes, brillantes y contagiosas, en la tradición del mejor rock español (en sus conciertos hacen versiones de Alaska y Loquillo & Trogloditas). “El vagamundo”, “Cosa de dos” o “Gente corriente” son sólo algunos ejemplos de todo ello.
“Al descubierto” es, en resumen, un disco de rock. Pero por encima de las etiquetas sobresalen las canciones, y El Desván tiene muchas y muy buenas. En cualquiera de sus conciertos podrán comprobarlo.