Crónica y fotos, por Javier Escorzo. Publicado originalmente en Indistanea.
Pamplona todavía se estaba pellizcando la mejilla para comprobar si el Festival Tres Sesenta había sido un sueño cuando, una semana después, otra iniciativa igualmente ilusionante echó a andar. Se trataba del ciclo de “Conciertos únicos”, que acercará a la capital navarra a artistas de primer nivel como Iván Ferreiro o Christina Rosenvinge.
Aunque el ciclo se desarrollará a partir de octubre, sus organizadores (Indirectos y la Escuela Navarra de Teatro) quisieron presentarlo en sociedad el pasado viernes, con un concierto acústico de Coque Malla.
Y qué decir de Coque, todo un histórico del rock nacional que tras su brillante etapa con Los Ronaldos ha conseguido encontrar su espacio en solitario, algo que siempre es difícil para quienes abandonan un grupo de éxito.
El de Pamplona fue el penúltimo concierto de su gira Termonuclear. En esta ocasión Coque se presentó sin su banda, con la única compañía de su guitarra acústica. Pero a sus canciones les sienta bien la desnudez, y el público que acudió a la Escuela Navarra de Teatro se deleitó con canciones como “Despierto”, “Berlín”, “Hasta el final”, El barco” o la imprescindible “No puedo vivir sin ti”. Homenajeó a Las Ruedas, grupo coetáneo y amigo de Los Ronaldos, con una versión de su “Rosa’s Motel”, y se despidió con una preciosa interpretación de “Una moneda” sentado al borde del escenario, sin micrófono y con la guitarra desenchufada.
Se llaman “Conciertos únicos” y efectivamente lo son: la Escuela Navarra de Teatro es un lugar con encanto y la actuación se desarrolla en un ambiente íntimo, casi familiar. El escenario está decorado como el salón de una casa y el público disfruta del espectáculo como si realmente estuviese en la casa del artista. Coque Malla fue un perfecto anfitrión. Como él mismo dijo al finalizar el concierto, debemos apoyar este tipo de proyectos. Nosotros ya estamos esperando el próximo.